La Dislalia Infantil o mala pronunciación que tienen los niños de las palabras es un trastorno fácil de identificar por los padres y profesores. Por lo general los niños mayores de 4 años que tienen dificultades para articular correctamente la silabas tienen dislalia.
En algunas ocasiones la intervención suele retrasarse ya que se piensa que el niño madurara con la edad, siendo una creencia errónea.
Los niños con dislalia son capaces de pronunciar correctamente las sílabas por separado pero, al unir los fonemas, cometen errores. Esto hace que su lenguaje pueda resultar en ocasiones ininteligible para la mayoría de las personas que lo escuchan.
Existen distintos tipos de dislalia:
- Dislalia Evolutiva: se caracteriza porque el niño posee un retraso leve en la madurez del habla. El niño no es capaz de repetir correctamente las palabras que escucha, repitiéndolas de manera incorrecta desde el punto de vista fonético.
- Dislalia funcional: en este caso la dislalia es causada por un mal funcionamiento de los órganos que intervienen en la articulación sin que exista ninguna causa orgánica.
- Dislalia audiogena: la deficiencia auditiva se considera la causante de este tipo de dislalia, el niño en esta ocasión no articula correctamente los sonidos porque no los escucha bien.
- Dislalia orgánica o diglosia: este tipo de trastorno es producido por una malformación orgánica de los órganos articulatorios.
¿Qué causas pueden provocar la dislalia?
1. Retraso fonológico
Cuando los problemas están relacionados a un retraso en el desarrollo del habla. El niño simplifica los sonidos porque no aprendió a producir los más complejos de su lengua. Su capacidad articulatoria no está afectada.
2- Trastorno fonético o dislalia
Cuando el niño no adquirió de una forma correcta los patrones de movimiento que son necesarios para la producción de algunos sonidos del habla, lo que quiere decir que el niño no mueve los músculos que se encargan del habla, como debería, y por eso comete omisiones, sustituciones y distorsiones de algunos sonidos de la lengua.
3- Alteraciones físicas
Cuando el niño presenta malformaciones físicas en los órganos que intervienen en el habla y que le impiden de pronunciar muchos sonidos. Las lesiones en el sistema nervioso pueden ocasionar alteraciones en el movimiento y en la coordinación de los músculos implicados en el habla. La mala oclusión dental, el frenillo lingual, o malformaciones en el labio (ejemplo, labio leporino o hendido), pueden ocasionar una dislalia.
¿Existen factores de riesgo?
Existen algunos factores que pueden predisponer a que un niño padezca un trastorno de este tipo. Así, los pequeños que son más tímidos o despistados, los que están desmotivados o excesivamente estimulados (demasiadas actividades extraescolares), aquellos que en el seno familiar están aquejados de falta de cariño o viven situaciones conflictivas con frecuencia, incluso los niños agresivos tienen más posibilidades de tener dislalia.
¿Cual es el tratamiento para la dislalia?
Es muy probable que las dificultades mejoren con el paso del tiempo, aunque en la mayoría de las ocasiones es necesario una intervención educativa especializada de un Logopeda, con el fin de que el niño consiga adquirir las habilidades para producir los diferentes sonidos del habla de una forma eficaz.
La intervención en los trastornos fonéticos tendrá como objetivo que el niño aprenda a articular los sonidos correctamente. Se evaluará el nivel articulatorio del niño y se realizará un programa adecuado a sus necesidades. En general se darán los siguientes pasos en la intervención:
1º Estimular la capacidad del niño para producir sonidos, reproduciendo movimientos y posturas, experimentando con las vocales y las consonantes. Se le enseñará a comparar y diferenciar los sonidos.
2º Estimulación de la coordinación de los movimientos necesarios para la pronunciación de sonidos: ejercicios labiales y linguales. Se enseña al niño las posiciones correctas de los sonidos más difíciles.
3º Se realizan ejercicios donde el niño debe producir el sonido dentro de sílabas hasta que se automatice el patrón muscular necesario para la articulación del sonido.
4º Llegados a este punto el niño ya está preparado para comenzar con las palabras completas, a través de juegos se facilitará la producción y articulación de los sonidos difíciles dentro de las palabras.
5º Una vez que el niño es capaz de pronunciar los sonidos difíciles en cualquier posición de una palabra, se tratará que lo realice fuera de las sesiones, es decir, en su lenguaje espontáneo y no solo en las sesiones terapéuticas.
A lo largo de toda la intervención se ejercitará de forma paralela la musculatura que está interviniendo en la producción de los sonidos. Toda la terapia se va a centrar en juegos que faciliten la adquisición de las habilidades necesarias con la participación e implicación del niño, logrando así, que sea el propio niño quien descubra por sí mismo los procesos.
Es conveniente que los padres participen y colaboren en todo el proceso terapéutico siguiendo las instrucciones del terapeuta y realizando las actividades para casa que considere necesarias.
Fuentes:
-Guiadepsicologia.com
-Webconsultas.com