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Torta super fácil de yogurt

28 de diciembre de 2012

Pastel de zanahoria y naranja

Si encuentras una receta de un postre riquísimo, fácil de preparar y nutritivo lo tomas obviamente y no lo puedes dejar pasar. La receta de ésta semana cumple con todo lo anterior y además te sirve para introducir frutas y verduras en la dieta de tus pequeños hijos. A muchos niños no les gusta la zanahoria así que sin duda esta puede ser una excelente opción para que no la dejen de consumir. 

Recuerda que la zanahoria es rica betacarotenos ideal para la vista y piel, además de vitamina A y muchas otras más que favorecerán una buena alimentación para nuestra familia. También este postre lleva naranja una fuente importante de vitamina C. Recomiendo encontrar un tiempo para preparar este rico pastel y disfrutarlo en familia. Saludos!!

Ingredientes:

125 gramos de mantequilla
125 gr. de azúcar moreno o rubia
2 huevos
2 cucharadas de miel 
250 gramos. de harina preparada (la que lleva levadura)
250 gramos de zanahoria rallada
1 cucharadita de levadura o polvo de hornear
1 cucharadita de canela molida

50 gramos de pasas 
1 naranja (Se usará la ralladura y el zumo)

Preparación:

1- Pre calentar el horno a 180ºC.

2- Mezcla en un bol o tazón grande la mantequilla con el azúcar hasta que la mezcla quede suave.

3- Añadir la miel y los huevos y continuar batiendo.

4- Agregar la harina, la levadura o polvo de hornear y la canela. Después la zanahoria rallada, la ralladura de la naranja, las pasas y 50 ml. del zumo de la naranja.

5- Enmantequillar un molde y enharinar. Echar la mezcla en el molde y llevar al horno a 180ºC durante una hora y media aproximadamente.

6- Cuando ya este listo dejar enfriar y decorar con azúcar glas o molida.
Opcional: Si deseas puedes añadir nueces u otros frutos secos.


Foto:
delacocinadeana.blogspot.com

18 de diciembre de 2012

Cómo ha cambiado la imagen del hijo único

La imagen de los hijos únicos conforme han pasado los años ha ido cambiando. Desde este blog nos hemos esforzado por difundir la buena imagen con la que gozan hoy en día los hijos únicos. Es cierto que todavía persiste la gente que agobia a más de una madre con aquellos estereótipos cansados que vienen desde el siglo pasado. Sin embargo puedo asegurar que nuestros hijos únicos en un futuro cercano ya no serán señalados como egoistas, mimados, caprichosos, introvertidos y poco sociables solo por el simple hecho de ser hijos únicos.

Hoy se ha descubierto basándose en estudios cientificos que los hijos únicos aunque de hecho se han criado en un ambiente distinto al de niños con hermanos, son tan iguales, normales y con la mismas oportunidades que la de cualquier niño.

¿Qué exactamente ha cambiado en los hijos únicos?.

Ha cambiado su imagen de poco sociable con muy sociable, la imagen de egoista con generoso, inseguro e introvertido con muy seguro y extrovertido. Además de ser considerados como personas que actuan con madurez, creatividad y con una capacidad intelectual superior a los que no se criaron como hijos únicos.

¿De que ha dependido?

No de su condición definitivamente. No se puede generalizar y decir que por el simple hecho de ser hijo único tiene que mostrar solo cualidades positivas, de hecho puede existir la posibilidad de desarrollar conductas negativas. Sin embargo se ha demostrado que el futuro de un niño sea hijo único o tenga hermanos está condicionada a la educación que ha recibido de sus padres, así como a la influencia de su entorno en el que se ha desarrollado.

De ahí que los padres debemos tener cuidado de no cometer los clásicos errores que se asociaban con la crianza de un hijo único, como por ejemplo, la excesiva protección del niño. Lo que ha pasado es que conforme pasan los años, los padres nos informamos mejor y mejoramos el trato con nuestros hijos, por lo tanto los errores que cometian en el pasado criando a hijos únicos, hoy en día ya no se repiten.

Hijo único seguro de si mismo

Esto es una de los aspectos en lo que los hijos únicos han cambiado. Obviamente al estar mucho tiempo con nosotros los padres, los padres tenemos más oportunidades de concentrarnos en sus cualidades y virtudes, les delegamos responsabilidades acorde a su edad y el resultado de todo esto es seres con una buena autoestima y un grado de seguridad en si mismos envidiable.

Hijo único si pero solo no

Porque siempre estará rodeado de gente que lo quiere no podemos jamás etiquetarlos como solos, y los momentos de soledad que tendrán de hecho servirán para avivar su creatividad e imaginación. "Con mi hijo lo he podido comprobar, el casi nunca se aburre porque su mente siempre anda ocupada en algo. Puedo casi asegurar que no cambiará en este aspecto hasta que llegue a ser adulto".

Capacidades intelectuales superiores

Hay estudios cientificos comprobados que afirman que los hijos únicos tienen más oportunidades de desarrollar su intelecto, debido a la exclusiva atención que reciben desde pequeños. De hecho es su característica principal en la actualidad.

Generosos

La atención exclusiva de sus padres, lejos de volverlos egoistas como normalmente se etiqueta a los hijos únicos, podría hacerlos sentir tan satisfechos que les permitiría compartir con mayor facilidad, aún cuando no lo hayan hecho en la infancia.
Si tu hijo no comparte es posible sea producto de su edad, sin embargo con un buen ejemplo y la guia necesaria esta característica ira desapareciendo dejandote a un niño muy generoso y lo digo por experiencia propia como mamá de un hijo único.

Como hemos visto tenemos muchas razones para estar tranquilas criando adecuadamente a nuestros hijos. Los mitos que hacian referencia a los hijos únicos no son más que eso, simples mitos. El futuro de nuestros hijos lo estamos escribiendo juntos, nada esta dicho aún. Los buenos resultados los veremos poco a poco.

Recuerda que si no tenemos cuidado nuestros hijos únicos también pueden desarrollar características negativas como la manipulación, el creerse el rey de la casa al que tienen que cumplirle hasta el más mínimo deseo y ser poco sociables si no le damos la oportunidad de jugar e interactuar con sus pares.

La clave está en la forma de crianza.

17 de diciembre de 2012

Ayuda a tu hijo a superar un evento traumático

Nadie esta libre de ser testigo de eventos que pueden causarnos traumas de todo tipo. Recientemente acabamos de escuchar terribles y escalofriantes noticias de masacres en las que las principales víctimas fueron niños. Situación que solo de escucharlas y verlas por TV. nos dejan perplejos y consternados. Lamentablemente quienes viven de cerca estos tipos de eventos son niños y muchos quedan marcados por muchos años e incluso de por vida cuando no han recibido la ayuda que necesitan.
La información de este post puede servir de guia a los padres cuyos niños han sido testigos o victimas de eventos traumáticos como por ejemplo, la muerte de un miembro de la familia, la muerte de una mascota, terrorismo o un ataque criminal, desastre natural, lesión fisica o enfermedad y hasta el divorcio de los padres.
Las respuestas de los niños ante los traumas pueden ser muy diferentes. Es posible que algunos reaccionen muy pronto; otros pueden estar bien durante semanas o meses y luego comenzar a mostrar comportamiento preocupante. El conocer los indicios que son comunes a diferentes edades puede ayudar a padres y maestros a reconocer problemas y a responder de manera apropiada.
En la edad preescolar

Para un niño entre 1 y 5 años, es particularmente difícil adaptarse al cambio y a la pérdida. Estos pequeños todavía no han desarrollado sus habilidades para afrontar problemas, por lo que dependen de padres, familiares y maestros para ayudarlos a atravesar momentos difíciles.

Los niños muy pequeños pueden sufrir una regresión a una conducta anterior después de un evento violento o traumático. Los niños en edad preescolar pueden volver a chuparse el dedo o a orinarse en la cama, o sentir nuevamente miedo a los extraños, los animales, la oscuridad o los “monstruos”. Es posible que se aferren a un padre o maestro, o que experimenten apego por un lugar donde se sientan seguros.

Los cambios en los hábitos alimenticios y de sueño también son comunes, al igual que los dolores y las molestias inexplicables. Otros síntomas a los que se debe prestar atención son la desobediencia, la hiperactividad, las dificultades del habla y el comportamiento agresivo o retraído. Es posible que los niños en edad preescolar cuenten historias exageradas sobre el evento traumático o lo mencionen con frecuencia.

En la primera infancia

Es posible que los niños entre 5 y 11 años experimenten algunas de las mismas reacciones que los niños más pequeños. También se pueden retraer de los grupos de juegos y de los amigos, competir más por la atención de los padres, temer ir a la escuela, dejar que su desempeño escolar baje, tornarse agresivos o tener dificultad para concentrarse. Es posible que estos niños también sufran una regresión a comportamientos más infantiles, como pedir que se les dé de comer o se les vista.

En la adolescencia

Es probable que los niños y jóvenes entre 12 y 14 años tengan malestares físicos vagos cuando están bajo estrés, y es posible que abandonen sus tareas rutinarias, su trabajo escolar u otras responsabilidades que antes asumían. Aunque pueden competir enérgicamente para lograr la atención de padres y maestros, también es posible que se retraigan, demuestren resistencia a la autoridad, exhiban un comportamiento destructivo en el hogar o en el salón de clases, o comiencen a experimentar con situaciones de alto riesgo, como el consumo de alcohol o drogas.


Los eventos traumáticos, como los tiroteos, los bombardeos y otros actos de violencia, pueden hacer que los niños se sientan atemorizados, confundidos e inseguros.

Ya sea que un niño haya experimentado un evento traumático de forma personal, haya visto el evento en televisión o simplemente haya oído una conversación sobre este entre adultos, es importante que los padres y educadores estén informados y preparados para ayudar a los niños que comiencen a exhibir reacciones producidas por el estrés postraumático.
Estos jóvenes están en una fase de desarrollo en la cual las opiniones de otros son muy importantes. Necesitan que sus amigos los consideren “normales” y están menos interesados en relacionarse con adultos o en participar de actividades familiares de las que alguna vez disfrutaron.
A finales de la adolescencia, los jóvenes pueden experimentar sentimientos de impotencia y culpa dado que no son capaces de asumir todas las responsabilidades de la adultez a medida que la comunidad responde ante el evento traumático. Es probable que los adolescentes mayores nieguen la magnitud de sus reacciones ante el evento traumático.

Cómo ayudarlos

La devolución de la confianza es fundamental para ayudar a tu hijo a superar un momento traumático. Los niños muy pequeños necesitan muchos mimos, así como apoyo verbal. Responda las preguntas sobre el evento con honestidad, pero sin ahondar en detalles atemorizantes ni permitir que el niño ocupe el tiempo en el hogar o en el salón de clases de forma indefinida.
Estimular a los niños de todas las edades a expresar sus emociones mediante la conversación, la escritura o las tareas artísticas, y aliéntalos para que descubran maneras de ayudar a quienes se vieron afectados por eventos traumáticos.

Intenta mantener una rutina habitual en el hogar o en el salón de clases, y fomente la participación de los niños en actividades recreativas. Reduzca temporalmente sus expectativas sobre el desempeño en la escuela y en el hogar, tal vez sustituyendo los quehaceres normales por responsabilidades menos exigentes.
Reconoce que tú también puede tener reacciones producto del evento traumático, y toma las medidas necesarias para mejorar tu salud física y emocional.

Consejos para hablarles a los niños y a los jóvenes que sufren un evento traumático

• Proporciona a los niños y jóvenes oportunidades para hablar de lo que ven en televisión y de hacer preguntas.

• No tengas miedo de admitir que no puedes contestar todas sus preguntas.

• Contesta preguntas a un nivel que puedan entender.

• Proporciona oportunidades reiteradas para hablar. Es probable que tengan más preguntas a medida que el tiempo pasa.

• Aprovecha la oportunidad para definir un plan de emergencia familiar. Sentir que cada uno puede hacer algo para ayudar puede resultar muy reconfortante para niños y adultos por igual.

• Permite que los niños expresen otros temores e inquietudes sobre temas no relacionados con el evento en particular. Esta es una buena oportunidad de explorar también estos temas.

• Controla lo que los niños ven en televisión. Es recomendable que algunos padres limiten la exposición de los niños a escenas explícitas o perturbadoras. En la medida de lo posible, los adultos deben estar presentes cuando los niños vean la cobertura de noticias sobre el evento. Es en estos momentos cuando pueden surgir las preguntas.
 
• Ayuda a tu hijo a comprender que ninguna emoción es mala y que es normal experimentar una gran variedad de reacciones. Alientalo a expresar sus emociones a otros adultos (como los maestros), ya que pueden ayudarlos a comprender emociones fuertes y perturbadoras.

• Evita responsabilizar indebidamente a un grupo cultural o étnico en particular, y no formule generalizaciones sobre dichos grupos. No busques culpables.

• Además de las tragedias, ayuda a tu niño a identificar cuestiones positivas, como actos heroicos, familias que se unen y brindan sostén, y la ayuda que ofrecen las personas en la comunidad.

Cuando hablar no es suficiente

Es posible que algunos niños necesiten intervenciones más drásticas, en especial si se ven afectados por el evento traumático de forma más directa.

• La familia puede solicitar terapia familiar. Los eventos traumáticos suelen volver a despertar el miedo a las pérdidas de los padres (con frecuencia, uno de los temores principales de un niño) en un momento en que los padres pueden verse abrumados por sus propias dificultades emocionales y de la vida real.

• Las familias pueden decidir permitir un comportamiento regresivo por un tiempo. Varias opciones pueden ayudar a los niños a separarse gradualmente después del tiempo límite acordado: pasar tiempo adicional con los padres inmediatamente antes de la hora de acostarse, dejar la puerta del dormitorio del niño entreabierta y usar una luz nocturna.

• Muchos padres experimentan temores propios cuando deben dejar solo a su hijo después de un evento traumático, o sufren otros miedos que no son capaces de reconocer. A menudo los padres están en mejor capacidad de buscar ayuda en nombre de sus hijos y pueden, de hecho, usar los problemas de sus hijos como una manera de pedir ayuda para sí mismos y para otros familiares.

• Los maestros también pueden ayudar a los niños mediante actividades artísticas y juegos, y alentando los debates grupales en el salón de clases y las presentaciones con información sobre el evento traumático.

Fuente:
U.S. DEPARTMENT OF HEALTH AND HUMAN SERVICES Substance Abuse and Mental Health Services AdministrationCenter for Mental Health Services www.samhsa.gov

11 de diciembre de 2012

Relacionan el TDAH con la falta de oxígeno en el útero

Hallan que existe más del 16 por ciento de probabilidades que un niño sufra del TDAH

Los niños que resultan privados de oxígeno en el útero o durante el nacimiento podrían tener más probabilidades de desarrollar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), muestra un estudio reciente.

Los investigadores de Kaiser Permanente hallaron que la privación de oxígeno podría tener un rol más importante en la prevalencia del TDAH que otros factores de riesgo genéticos o familiares de la afección. Anotaron que sus hallazgos podrían ayudar a los médicos a identificar y a tratar a los niños en mayor riesgo de TDAH.

"Estudios anteriores hallaron que la lesión hipóxica durante el desarrollo fetal lleva a unas lesiones estructurales y funcionales significativas en el cerebro de los niños. Sin embargo, este estudio sugiere que el efecto adverso de la hipoxia y de la isquemia sobre el desarrollo del cerebro prenatal podría llevar a problemas funcionales, que incluyen el TDAH", señaló en un comunicado de prensa el autor del estudio, el Dr. Darios Getahun, del departamento de investigación y evaluación de Kaiser Permanente del Sur de California. "Nuestros hallazgos podrían tener importantes implicaciones clínicas. Podrían ayudar a los médicos a identificar a los recién nacidos en riesgo que podrían beneficiarse de una vigilancia y de un diagnóstico temprano, cuando el tratamiento es más efectivo".

Los investigadores analizaron los expedientes electrónicos de salud de casi 82,000 niños de cinco a once años de edad. Hallaron que los que sufrieron de privación de oxígeno antes de nacer tenían un riesgo de desarrollar el TDAH un 16 por ciento más alto, mientras que la privación del oxígeno durante el nacimiento se asoció con un aumento del 26 por ciento en el riesgo del trastorno.

Los investigadores añadieron que el síndrome de distrés respiratorio neonatal se asoció con un aumento del 47 por ciento en el riesgo, y que los niños expuestos a la preeclampsia (la hipertensión durante el embarazo) tenían un 34 por ciento más de riesgo de la afección.

La relación entre el TDAH y la privación del oxígeno fue más firme en los nacimientos prematuros. Tras tomar en cuenta la edad gestacional y otros factores de riesgo, el estudio también reveló que los niños que nacieron con presentación pelviana, transversa (con los hombros delante) o con complicaciones del cordón umbilical tenían un riesgo un 13 por ciento más alto de TDAH.

Los investigadores anotaron que la relación entre el TDAH y la privación de oxígeno aplicó a los niños de todas las razas y etnias.

Aunque el estudio mostró una asociación entre la privación de oxígeno en el útero y el TDAH, no probó causalidad.

"Sugerimos que investigaciones futuras se enfoquen en las afecciones pre y postnatales y las asociaciones con los resultados negativos, como el TDAH", añadió Getahun.

En 2005, los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de EE. UU. estimaron que el costo anual de las enfermedades relacionadas con el TDAH en los niños podría alcanzar hasta los 52.4 mil millones de dólares. En 2010, un 8.4 por ciento de los niños de tres a siete años de edad fueron diagnosticados con TDAH.

El estudio aparece en la edición en línea del 10 de diciembre de la revista Pediatrics.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare 
Via

Aprende más sobre TDAH


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