Pequeños Músicos

Porqué deberías apoyar el desarrollo de su talento

¿Tener un solo hijo

¿Cómo asumir tu decisión

La Sociabilización en los niños

¿Cómo ayudar a mi hijo a ser sociable...

El Bullying

¿Qué hacer cuando un hijo es victima.

Postres Fáciles

Torta super fácil de yogurt

Mostrando entradas con la etiqueta estimulacion temprana. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta estimulacion temprana. Mostrar todas las entradas

25 de octubre de 2013

¿Será mi bebé bueno en Matemática?

Si un bebé de seis meses puede distinguir entre un conjunto de 10 puntos y otro de 20 puntos, será bueno en matemáticas en prescolar. Esta es la principal conclusión de un interesante estudio realizado en el Institute for Brain Sciences de la Universidad de Duke (EEUU).

En otras palabras, si los bebés tienen la capacidad de diferenciar entre grupos de elementos grandes y grupos pequeños antes de aprender a contar, serán más propensos a desempeñarse bien en matemáticas en el futuro. La razón es que los niños aprovechan su capacidad numérica innata para, posteriormente, aprender los sistemas matemáticos simbólicos que se enseñan en la escuela.

Es decir, que "cuando los niños están adquiriendo un sistema simbólico de representación de números en el colegio, le sacan partido a su sentido numérico primitivo", explica Elizabeth Brannon, profesora de psicología y de neurociencia, y directora del estudio en DukeToday. Ese sentido primitivo sería, por lo tanto, “el bloque de construcción conceptual sobre el que se construye la capacidad matemática."

Primera fase: niños de seis meses

Según Brannon, todos los bebés vienen al mundo con un conocimiento matemático rudimentario que les permite, por ejemplo, al mirar dos conjuntos de objetos, identificar cuál de ellos es numéricamente mayor sin tener que contar ni usar números. Por ejemplo, pueden saber instintivamente que un grupo de 15 fresas es mayor que otro de seis con sólo echar un vistazo.

Para probar la relación entre ese sentido numérico primitivo y las habilidades matemáticas posteriores, Brannon y su colaborador Ariel Starr analizaron a 48 niños de seis meses de edad. En primer lugar, estudiaron la capacidad de éstos para reconocer cambios numéricos básicos.

Lo hicieron sacando partido al interés natural de los bebés por las cosas que cambian. Ese interés se expresa en la mirada. De hecho, a menudo, los científicos aprovechan la mirada de los bebés para conocer sus procesos psicológicos, pues éstas reflejan lo que les llama la atención, y en qué medida. Con este sistema se ha podido demostrar, por ejemplo, que con sólo cinco meses los niños distinguen entre sólidos y líquidos.

El experimento se hizo de la siguiente forma: los científicos colocaron a los niños frente a dos pantallas. Una de ellas mostró continuamente un conjunto con el mismo número de puntos (por ejemplo, ocho); mientras que la otra mostró cambios numéricos, con conjuntos que aumentaban o decrecían en el número de puntos. Por otro lado, los puntos de ambas pantallas cambiaron con frecuencia de tamaño y posición.

Lo que sucedió fue que los bebés más capaces de diferenciar entre dos valores numéricos miraron durante más tiempo a la pantalla numéricamente cambiante que a la otra.

Segunda fase: tres años más tarde

Los científicos volvieron a reunir a los niños cuando éstos tenían tres años y medio, y los sometieron a varias pruebas. En primer lugar, participaron en un juego de comparación numérica no simbólica. Se les presentaron dos grupos diferentes y se les pidió que eligieran cual de ellos tenían más puntos sin contarlos.

Además, los niños realizaron un test matemático estandarizado para alumnos de prescolar y, por último, fueron sometidos a una tarea verbal simple que consistía en identificar el número mayor (en palabra) que cada niño podía comprender.

Los resultados de estas pruebas demostraron que “aquellos niños que mostraron una mayor preferencia hacia la pantalla numéricamente cambiante a los seis meses, tenían un sentido numérico primitivo mejor tres años más tarde, en comparación con los niños con menor preferencia hacia dicha pantalla”, explica Starr. “Asimismo, los niños con puntuaciones más altas en la infancia rindieron mejor en los tests de matemáticas estandarizados”.

Implicaciones

Estos hallazgos respaldan la hipótesis de que un sentido matemático elemental innato es la base para la comprensión de las matemáticas a un nivel superior. Según Brannon, sugieren además que existe una conexión real entre la matemática simbólica y las habilidades cuantitativas presentes en la primera infancia, antes de que la educación conforme nuestras habilidades matemáticas.

“Nuestro estudio demuestra que el sentido numérico de los bebés es un predictor de la matemática simbólica, y que cuando los niños aprenden el significado de las palabras numéricas y de los símbolos, asocian estos significados con las representaciones numéricas preverbales que ya tenían”, concluye.

Fuente:

11 de junio de 2012

La importancia de una adecuada estimulación temprana


El cerebro humano evoluciona de manera sorprendente durante los tres primeros años de vida, se dice que es como una esponja que absorbe todo lo que el bebé ve, siente, saborea, toca, percibe y conoce. Por lo mismo el aprendizaje es más intenso y eficaz, la plasticidad del cerebro es decir la capacidad de establecer conexiones entre neuronas es mucho más fácil y este proceso se presenta aproximadamente hasta los seis años de edad, a partir de entonces, algunos circuitos neuronales se atrofian y otros se regeneran, por lo que el objetivo de la estimulación temprana es conseguir el mayor número de conexiones neuronales haciendo que éstos circuitos se regeneren y sigan funcionando.

3 de mayo de 2011

ESTIMULACION INFANTIL CONVIERTE A NIÑOS EN ADULTOS PACIFICOS

Niños pequeños que habían participado en un programa para alentar la interacción y el juego con sus madres se transformaron en adultos con coeficientes intelectuales (CI) más elevados, más logros educativos y menos participación en actos violentos que las personas que no habían recibido esa estimulación temprana.

Este es el resultado del cuarto seguimiento de varios estudios desde que finalizó el programa, hace 20 años.

14 de marzo de 2011

EL JUEGO, CLAVE EN EL DESARROLLO DE LA INTELIGENCIA

Que los padres participen en el entretenimiento de sus hijos, sobre todo en los tres primeros años, es clave para su desarrollo . Los niños que gatean tienen un mejor rendimiento escolar, según los estudios.

¿Qué importancia tiene el juego entre padres e hijos para el desarrollo de los bebés?. Jugar con los hijos en los tres primeros años de vida es clave para activar su desarrollo intelectual, según explica la especialista en el Método Pedagógico a través del Movimiento Corporal y los Sentidos, Montserrat Reyes Revuelta.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...