19 de enero de 2010

GESTO DE AMOR DE MADRE DOMINICANA

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Santo Domingo.- Sonia Marmolejos dejó en su casa a su bebé recién nacido, tomo un autobús del transporte público y se trasladó al hospital Darío Contreras,
 para amamantar a niños haitianos víctimas del terremoto que están internos en ese centro traumatológico. La madre dominicana alimentó a varios de los más de 20 niños del vecino país internos en el Darío Contreras por lesiones que sufrieron al sus viviendas en Puerto Príncipe, fruto del devastador sismo.
Su rostro mostraba una gran satisfacción mientras daba el seno a un bebé con un profundo golpe que le hundió parte del cráneo y cuya madre está interna en estado de gravedad en el hospital de Jimaní.


“Me enteré de que aquí había niños haitianos muy recién nacidos y vine a ver en que podía ayudar y le estoy dando el seno este niño, éste no es el mío, tengo uno pequeño, pero estoy aquí ayudando, dándole el seno”, precisó.

Sonia, de pocas palabras, pero al parecer con un gran sentimiento humanitario, no especificó el tiempo que estaría en el hospital, ni si volverá en otras ocasiones.

En el Darío Contreras hay cerca de 84 haitianos con problemas severos, incluyendo piernas y brazos amputados, y de ese total hay 20 niños ubicados en salas bien higienizados y cuidadas. Solo ayer cinco fueron intervenidos quirúrgicamente, incluyendo el bebé que era amamantado por Sonia al momento de la visita de reporteros de LISTÍN DIARIO.

Diferente a los niños que por su edad no tienen ese tormento, la principal preocupación de muchos de los haitianos adultos internos en este centro asistencial, no es lograr curarse de sus lesiones, sino qué harán cuando regresen a su país, donde sus viviendas colapsaron y sin saber del paradero de sus familiares.

De los adultos internos, el 33 por ciento son mujeres y los restantes hombres, pero en su mayoría perdieron casi a todos sus familiares y muy pocos tienen quién los procure o los albergue luego de que los médicos les den de alta.

Esa es la situación de los internos Luciene Celuus y Lolo Juan Junior, quienes a través de un intérprete expresaron a LISTÍN DIARIO que cuando se sanen volverán a su país, porque esa es su única patria, pero que “iremos sin rumbo porque no nos quedó nadie”.

Luciene tiene severos traumas en la cabeza, mientras que Lolo, quien no pudo contener las lágrimas, perdió una pierna que quedó aplastada por una pared.

El movimiento en el Darío Contreras es constante y los pacientes son atendidos hasta en los pasillos. Los médicos trabajan con entusiasmo y los estudiantes haitianos residentes en el país también aportan su cuota de asistencia como intérpretes, mientras que los que estudian medina asisten a los galenos del centro.

Cerca del mediodía cinco de los niños eran intervenidos quirúrgicamente como parte de los esfuerzos para salvar sus vidas.

En medio de las precariedades, debido a que el hospital ha aceptado pacientes por encima de su capacidad, las autoridades del centro buscan alternativas y tocan las puertas de amigos que puedan colaborar para albergar a los pacientes que ya pueden recibir atenciones ambulatorias.

Fuente: www.listindiario.com.do/app/article.aspx?id=128354

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